El salto al mundo laboral de la traducción y de la interpretación

Muchos estudiantes y recién graduados se quejan del exceso de teoría que se imparte en la carrera y de la poca orientación e (in)formación práctica que se les brinda a los alumnos para poderles permitir lanzarse al mundo laboral (al menos como autónomos). De hecho, muchos de ellos confiesan que se ven obligados a acudir a cursos externos —especialmente tras haber finalizado la carrera o incluso su máster— para poder recibir una formación más práctica y adecuada a lo que buscan y necesitan.

Puesto que se trata de una queja que no ha dejado de llegarme desde que yo misma era estudiante, decidí publicar hace unos meses una encuesta para tener unos datos reales de la opinión de los estudiantes en Traducción y de los traductores que ya tienen su título bajo el brazo. Antes de nada, me gustaría agradecer a los 943 participantes que se animaron a participar en ella puesto que no habría podido sacar estos resultados sin ellos. 🙂

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Si bien es cierto que el resultado estaba bastante claro, no deja de sorprenderme el elevado porcentaje tan alarmante de personas que consideran que su formación no está lo suficientemente enfocada al mundo laboral, ya que se supone que un estudiante se está formando precisamente para ello. Esto, a mi modo de ver, significa que pese al intento de las universidades por renovarse con asiduas charlas de profesionales externos a la Universidad (que no estaban tan presentes hace unos años, por lo que ya supone una mejora), la encuesta confirma que siguen siendo insuficientes. Quizás los estudiantes necesiten que haya un mayor número de profesionales —con habilidades formativas, claro está— que formen parte del equipo docente en plantilla para así poder aprender de sus trucos y experiencias. Además, quizás necesiten algo más de orientación. Como dice este artículo: It is only natural to have some resistance to novelty. Novelty requires you to change the approach, behavior, or way of thinking. It requires new learning and may increase the possibility of failure.

Cuando les preguntaba a mis alumnos de cuarto curso el año pasado cuáles eran sus expectativas para el año siguiente, sus respuestas eran:

  • Me he pedido la beca de auxiliar de conversación, a ver si gano tiempo para saber lo que quiero hacer. Quién sabe, a lo mejor encuentro un puesto de trabajo por allí.

  • Voy a cursar un máster porque es imposible encontrar trabajo de lo nuestro hoy en día.

  • Seguiré de profesor particular de idiomas mientras encuentro algo.

  • Voy a prepararme las oposiciones para profesor de lengua extranjera porque es una opción segura y no creo que la traducción me vaya a dar trabajo.

  • La verdad es que me aterra pensarlo porque estoy completamente perdido. Yo quería ser traductor (o intérprete) en las instituciones europeas o en la ONU pero lo veo inasequible, así que no sé qué hacer.

  • He echado varias becas, algo saldrá de ahí.

Todas las opciones denotan cierta falta de orientación y de optimismo. Y no se trata solo de respuestas de estudiantes sino también de traductores recién licenciados que están completamente perdidos. Muchos se preguntan si es algo normal. ¡Pues claro que es normal! Es una nueva etapa y la obligación deja de ser la de estudiar para convertirse en ganarse el pan de cada día. Salir de la zona de confort nunca fue fácil ni sencillo. Sin embargo, aunque es cierto que cada uno es quien se labra su camino, puede que los estudiantes consideren que podrían tener sus posibilidades algo más claras si los profesores aportáramos más consejos enfocados al mercado laboral (no olvidemos que un profesor, además de enseñar contenidos académicos, también es una guía para el estudiante).

Ese es un punto de vista.

Ya le hemos echado la culpa a la Universidad y a los profesores, estupendo. Ahora bien, como en todo, no siempre hay un «culpable», si es que le tuviéramos que ponerle nombre. También hay que fijarse en el otro lado. ¿Los estudiantes ponen interés en buscarse la vida? Puede. ¿Practican en su tiempo libre? Quizás. ¿Intentan aprender por su cuenta? ¿Tienen predisposición para aprender? ¿Intentan moverse en el ámbito laboral para tantear el terreno ya desde la carrera? Es posible. Como decía antes, salir de la zona de confort no es fácil, pero sería conveniente prepararse para que, llegado el momento, fuera menos complicado de lo esperado. La preparación también es larga y supone muchos esfuerzos y sacrificios (sobre todo de tiempo) pero al final siempre llega la recompensa y acaba valiendo la pena.

Ojalá los datos de la encuesta cambien con los años. Por ahora, tanto profesores como estudiantes tenemos un largo camino por recorrer.

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25 comentarios en “El salto al mundo laboral de la traducción y de la interpretación

  1. Carla Bataller Estruch dijo:

    Sé de poca gente en mi promoción que, después de terminar la carrera y cursar un máster, se haya decidido a dar ese salto al mundo laboral de la traducción y la interpretación. Y es algo que me sorprende bastante, porque tras mínimo cuatro años dedicados a una carrera en concreto, el propósito que tenían al empezar se ha diluido mucho: profesores de idiomas, becas por aquí y por allá, doctorados… Hasta donde yo sé, nadie está ejerciendo de traductor o intérprete profesional. Diría que soy la excepción, pero me gustaría estar equivocada.
    Yo tenía claro que quería trabajar como traductora. Hice un máster para complementar mis estudios y allí me enseñaron (un poco) cómo es la realidad laboral. Y me dio miedo ver lo difícil que era conseguir cambiar el «estudiante» por el «profesional». Pero hace poco me salió mi primer encargo de verdad y, poco a poco, le voy viendo el lado positivo a esto de saltar a la piscina laboral. Me queda un largo camino por recorrer lleno de miedos e inseguridades, pero ¿y la ilusión que me hace?
    Durante los cinco años de formación continua que he vivido, sí que he echado en falta más orientación laboral. Los únicos consejos que recibíamos eran los típicos: «de la traducción literaria no se vive», «la profesión de intérprete es muy estresante», «hay que tener dos trabajos, además de la traducción». ¿Nos enseñaron contabilidad? Apenas. ¿Nos presentaron a traductores e intérpretes profesionales para que nos aconsejaran? No. ¿Nos buscamos la vida nosotros mismos? Algunos sí.
    Cada universidad es distinta y cada alumno también lo es. Sí, ojalá hubiera más información y recursos a nuestro alcance, pero aprender a sacarnos nuestras propias castañas del fuego tampoco está mal.
    Gracias por esta entrada, Laeticia.

    • Laeticia Abihssira dijo:

      Hola, Carla.

      ¡Muchas gracias gracias por tu aportación!

      Como bien dices, cada universidad es distinta y cada estudiante también lo es. Espero que esta situación vaya mejorando con el tiempo.

      Un saludo y gracias a ti por pasarte. 🙂

  2. Lorena Ruiz dijo:

    Hola, Laeticia:

    Me ha encantado tu entrada. ¡Qué casualidad! Hace menos de una semana publiqué en mi blog una encuesta muy parecida a la tuya con la pregunta «¿Salimos preparados de la universidad para trabajar como traductor y/o intérprete?». Más del 80 % de los que contestaron a esta pregunta opina que no. Es bastante alarmante, ¿no crees?

    Yo estoy más de acuerdo con tu segunda postura. No siempre debemos echarle la culpa a los demás. Muchas veces depende de las predisposición que tengamos por hacer algo. Está claro que no es fácil, pero nadie dijo que lo fuera. ¿Consejo? Formarse mucho e insistir todavía más.

    Me gusta mucho tu blog :).

    Saludos,
    Lorena

    • Laeticia Abihssira dijo:

      Hola, Lorena.

      Muchas gracias por tu aportación a esta entrada. 🙂

      No tenía ni idea de tus resultados. Veo que los resultados son muy similares. Desde luego, además de alarmante, es una auténtica pena.

      Yo siempre pienso que, cuando se da una situación como esta, no es solo «culpa» de A sino tanto de A como de B. Tengo más que comprobado que la insistencia, las ganas, la ilusión y la formación desempeñan un papel crucial en todo esto.

      Un saludo.

      Laeticia

  3. Sarah Henter dijo:

    Muy interesante, Laeticia. La verdad es que yo hice un estudio con una temática relacionada el año pasado y los resultados fueron parecidos a los tuyos. Los traductores decían que echaban en falta clases prácticas, no solo acerca del mundo laboral sino también sobre TAO y algunos temas más. Unos pocos mencionaban que habían hecho prácticas en empresas, que los profesores (o algunos de ellos) eran traductores profesionales o que tenían la opción de participar en programas de mentoring. Los que habían tenido la oportunidad de hacer algún tipo de programa de iniciación laboral lo agradecían mucho. Es una pena que los alumnos estén tan pesimistas y se vean con tan poca perspectiva.

    • Laeticia Abihssira dijo:

      Muchas gracias por tu comentario y tu aportación, Sarah.

      Parece que las prácticas en empresas están siendo cada vez más integradas al plan de estudios (yo lo eché en falta cuando era estudiante y me las busqué de forma independiente), lo cual ya es un gran paso.

      Esperemos que la situación vaya mejorando con el tiempo.

      Un saludo.

      Laeticia

  4. suemonsalve dijo:

    No sé muy bien cómo es posible que los jóvenes de hoy en día tengan tantas inseguridades y falta de recursos en la era tecnológica en la que vivimos en la que con solo dar un clic puedes acceder a un montón de información y, por consiguiente, formas de acceder a la vida laboral. Yo he decidido dar un vuelco a mi carrera profesional y he vuelto a la universidad para estudiar Traducción e Interpretación. Ahora, a mis 47 años, estoy empezando a trabajar como autónoma en este mundillo y tengo montones de ideas de cómo acercarme a las empresas para ofrecer mis servicios porque el acceso a la experiencia de otros colegas es mucho más sencillo que hace años y puede darte ideas para diseñar tu propia estrategia. Es cuestión de lanzarse y no tener miedo. El no ya lo tienes.

  5. Fernando Rodríguez (@FernandoRodavia) dijo:

    Es normal que no salgamos preparados de la carrera porque hay muchos aspectos que no contemplan los planes de estudio. A mí no me enseñaron casi nada sobre contabilidad/fiscalidad. A duras penas sabía hacer una factura. El IRPF me sonaba a chino… Las tarifas que me sugirieron en la carrera casi triplican a las del mercado actual y no tuve orientación sobre cómo ganarme la vida en esto. Fuimos unas 60 personas en mi promoción y actualmente soy EL ÚNICO de ellos que se dedica de forma profesional a la traducción (como autónomo). Los demás han decidido preparar oposiciones, cursar un máster de formación de profesorado, ir de auxiliar de conversación, etc. No creo que una charla o un curso externo vaya a solucionar nada. Hay que empezar a crear asignaturas prácticas que den nociones básicas sobre orientación profesional (cómo lidiar con clientes, cómo buscarlos, etc.) y otra sobre deontología, porque no es normal que haya localizadores de videojuegos, por poner un ejemplo, vaya, que trabajen a cuatro céntimos de euro y les dé exactamente lo mismo porque «están localizando el FIFA o el próximo Call of Duty» y eso da caché a su CV. El amiguismo, los grupitos que se crean y el más que evidente postureo traductoril que hay ahora es otro factor a tener en cuenta, pero eso da para debate y tampoco lo pretendo en este comentario.

  6. Arturo Armando Gordillo Cabrera dijo:

    He sido profesor de Idiomas desde 1980 y trabajado en traduccion desde 1985 para empresas con proyectos. Hace algunos meses solicite ayuda a un joven que esta por terminar sus estudios en la UAQ para traductor. Su respuesta a trabajar fue decepcionante, buscaba hacer el trabajo en su tiempo, no en el del cliente, y cobrar mas que lo que el cliente esta dispuesto a pagar. Los estudiantes antes de ser profesionistas deben entender el mercado laboral, vivirlo, pues en ocasiones esperan que al terminar la carrera el trabajo este ahi esperandolos para cubrir sus necesidades. Como todo profesionista, esta area requiere de empezar desde abajo. El estudiante antes de dar este salto debe haber probado lo que implica «trabajar» esto es obtener un ingreso por traducir o interpretar. Las asignaturas dan la formacion requerida para realizar esta labor, pero el entender esta labor solo es por experiencia.

  7. davidoffberlin dijo:

    Voy a llevar un poco la contraria, ya me perdonaréis. Señalaré solo tres puntos para no extenderme demasiado:

    –Si la pregunta de la encuesta es la que pone arriba, me parece tendenciosa. Básicamente equivale a decir: ¿te gustaría estar más preparado? Evidentemente habría que ser poco menos que cafre para responder «no». Además, la pregunta es tan general que puede significar cualquier cosa: ¿en qué se traduce en términos concretos ese «más enfocada»? ¿En que debería haber asignaturas de fiscalidad? ¿En qué hay pocos profesores que sean traductores profesionales?

    –Desconozco a que os referís cuando habláis de la «teoría»: en la universidad donde enseño (UAB) la asignatura de lingüística cayó del plan de estudios, terminología se ha reducido de un año a dos. La inmensa mayoría de horas lectivas son de lengua y de prácticas de traducción. ¿Qué teoría? Sí, hay un año de teoría de la traducción y un semestre de documentación, y seguramente los programas podrían enfocarse de manera distinta, pero de aquí a decir que hay sobrecarga de teoría… Precisamente TeI es una de las carreras que requiere menos estudio, en el sentido de hincar codos (salvando, quizá, a quienes eligen aprender lenguas lejanas): id a ver la teoría que se estudia en física, en filosofía, en química y comparad. Si os referís a que muchos profesores no tienen ni han tenido contacto profesional con el sector, ahí podemos estar de acuerdo, pero desde luego es otro tema.

    –La ya manida crítica de que en la carrera no se enseña fiscalidad ni a hacer facturas, no tiene ningún sentido: ¿enseñan en medicina a gestionar una consulta privada? ¿Deberían? Las salidas potenciales tras cursar TeI son múltiples: ni todos los egresados van a traducir, ni todos los que traduzcan lo harán como autónomos. Por lo demás, a hacer una factura se aprende en una hora, y los rudimentos de fiscalidad para manejarse en el día a día, en una clase o dos (y varias asociaciones dan excelentes cursos al respecto año sí, año también). Otra cosa es si queremos que lo que es una carrera universitaria se convierta en una escuela de formación profesional. Esto también podríamos discutirlo.

    Paro aquí. Puede parecer, después de todo esto, que estoy encantado con cómo funcionan las cosas en la universidad. Nada más lejos: no pasa un día que no me lleve las manos a la cabeza cuando salgo de la facultad. Sin embargo, creo que lo que necesita TeI es algo muy distinto a lo que proponen los partidarios del pragmatismo a ultranza.

    • Laeticia Abihssira dijo:

      Muchas gracias por tu aporte y por comentar.

      – Sobre si la pregunta es un poco tendenciosa, te responderé que es posible. Ahora bien, es obvio (o a mí me lo parece) que la pregunta no equivale a «¿te gustaría estar preparado?». De lo contrario, imagino que estaríamos hablando del 100 % de los encuestados que habría optado por un «sí». Con la expresión «más enfocada», me refiero a un acercamiento profesional de la labor del traductor y de los aspectos —al menos básicos— que necesita un recién graduado para poder enfrentarse al mundo laboral. ¿Asignaturas de fiscalidad? Tampoco creo que sea necesario llegar a estos extremos, aunque podría ser interesante tener una asignatura optativa cuatrimestral en la que se enseñara los aspectos que pudieran ser útiles o necesarios al terminar la carrera: fiscalidad (cómo darse de alta como autónomo, cómo hacer una factura, a quién recurrir en caso de impagos, etc.), cómo encontrar clientes, qué asociaciones de traductores existen en España y en el extranjero, nociones de marketing, deontología, etc. Podría citarte más, si quieres. Claro que hay cursos externos, pero creo que estos podrían servir para profundizar en un tema concreto. Con la asignatura optativa, ya se daría la posibilidad de conocer, a modo de introducción, qué es lo que le espera fuera, ¿no crees? De todas maneras, esto último es cosecha mía derivada de mi experiencia como alumna y como profesora (en mi caso, yo estaba en la UMU) por las constantes quejas de los estudiantes de TeI.

      – En cuanto a tu segundo comentario estoy completamente de acuerdo contigo cuando dices que TeI es una de las carreras que menos estudio (que no práctica) requiere. De todas maneras, imagino que te referirás a la UAB, pero cada universidad española tiene un plan de estudios diferente. Según tengo entendido, la UAB es de las universidades que menos críticas recibe. En otras, puedo decirte que he visto a muchos (demasiados) profesores de filologías impartir clases en asignaturas de TeI desde el punto de vista filológico, que está muy bien pero el objetivo es otro.

      – Con respecto a tu tercer comentario, coincido plenamente contigo. Por ello, ¿por qué no se podría proponer como simple optativa cuatrimestral? No se trata de llegar al extremo de convertir la universidad en una escuela de formación profesional sino de brindarle las herramientas a quien las pueda necesitar. A quien le interese, seguro que le vendrá muy bien. A quien no, tiene otras asignaturas que cursar. Lo que me da pena es que muchos lamentan tener que pagar cursos (porque no se lo pueden permitir) habiendo finalizado unos estudios en los cuales se les podría haber dado la posibilidad de orientarlos un poco más de cara al mundo profesional. Insisto, no se trata de imponer sino de proponer (hablar de convertir la universidad en una escuela de formación profesional me parece una exageración). Cada uno, en función de sus preferencias y prioridades, elegirá lo que más le interese.

      Con esto, no estoy justificando el resultado sino intentando comprender su por qué, nada más. En cualquier caso, te agradezco mucho que hayas comentado en la entrada, siempre es un placer poder conocer opiniones de compañeros.

      Un saludo.

      Laeticia

  8. Carmen Fernandez dijo:

    Hola,
    Querría dar mi opinión en esta entrada ya que he pensado mucho sobre el tema.

    Por una parte, creo que la carrera es bastante práctica, al menos en la UGR (Granada) y cuando yo estudié (finalicé en 2008). Aún así concuerdo con que debería haber un poco más de información, sobre cómo buscar, dónde, y quizás facturas dentro de España y al extranjero, ya que muchos de los profesores trabajan también como traductores profesionales y nos pueden guiar con facilidad. También durante la carrera te enseñan herramientas de TAO pero muy por encima , sin profundizar, sería genial que incluyera unos meses de prácticas en empresas y así uno podría cerciorarse de si realmente le gusta pasarse sus horas traduciendo y si se la da bien.

    Respecto a lo que dice DAVIDOFFBERLIN, que no enseñan a un médico a pasar consulta no es así, puesto que, todos los médicos residentes aprenden a pasar consulta durante su MIR, y justo medicina es una de las carreras más prácticas en ese sentido.
    Yo estudié también farmacia y he trabajado en Reino Unido y alucino con la practicidad con que se estudia la carrera, muy enfocada al mundo laboral y a lo que vas a hacer después. Esto falta en España y es algo que hay que mejorar.

    Por otro lado, decir que el panorama en España es bastante desalentador, por ello la gente decide ir a algo «más seguro». El tema de autónomos para este sector nunca ha sido contemplado. Deberíamos tener todos al menos un año de «carencia» pagando 50€ al mes hasta que pudiéramos hacernos con una cartera de clientes….y pagar 280€ sin saber si vas a ingresar o no tiene delito. Y entiendo que mucha gente no se lance o que diga que «tienes que tener un segundo trabajo». Aún así hay mucha falta de información en este sentido y para qué ir a Hacienda, que depende de la Comunidad te van a decir una cosa u otra.

    Todo tiene su sentido pero es verdad que la profesión implica mucho riesgo y no todo el mundo está dispuesto a arriesgarse.
    Gracias por leerme.

  9. Marion dijo:

    Hola Laeticia,
    estoy de acuerdo contigo. Pienso que algunos estudiantes siguen en la carrera sin hacer nada más de lo que pide la universidad y no es suficiente. Sin embargo, los estudiantes no reciben mucha información. Por ejemplo, soy francesa y voy a licenciar este año, y no sé si voy a seguir la carrera o si sería mejor cambiar. Tengo una profesora que piensa que las personas bilingües que tienen un máster en economía, por ejemplo, van a encontrar un trabajo más rápidamente que los que tienen un título en traducción (sólo un título en traducción, que ya es mucho trabajo). Así que estoy un poco perdida, no sé qué pensar y tampoco sé qué máster puedo empezar. Por eso creo que la universidad, debería decirnos las posibilidades que se nos ofrecen después de la licenciatura. ¿Piensas que es mejor tener el título en traducción o especializarse en otro dominio? En cuanto al salto al mundo laboral, es verdad que les da miedo a los estudiantes y que prefieren seguir estudiando en lugar de buscar trabajo. Lo veo con algunas de mis amigas que van a acabar la carrera este año. Gracias por tu artículo.

    • Laeticia Abihssira dijo:

      Hola, Marion:

      Muchas gracias por animarte a compartir tu punto de vista.

      Personalmente y desde mi experiencia, creo que aunque estudies un máster para especializarte, al final acabas especializándote en el tipo de textos que más vas traduciendo. Y eso acaba viniendo con el tiempo y la experiencia.

      Con respecto a tu pregunta sobre si es más práctico estudiar traducción u otra carrera (siendo ya bilingüe), no me atrevo a responderte con total seguridad. Imagino que todo dependerá de lo bueno que seas en tu trabajo (sea de traducción o economía, por ponerte un ejemplo). Te diría que lo importante es que te guste tu trabajo y que seas bueno en ello. El resto llegará con paciencia, trabajo y tiempo; ya lo verás.

      Ánimo y un abrazo.

      Laeticia

  10. Pablo Bouvier dijo:

    El problema de las Facultades de la rama que sean es de índole económica. Cuando un servidor salió del antiguo bachillerato (cuando aún existía algo llamado curso preuniversitario), lo hizo con un nivel de primero de carrera terminado.

    Hoy la formación universitaria es «voluntaria, deliberada e intencionadamente deficiente» porque de la Facultaduno debería salir con un nivel de máster terminado, pero entonces se les acabaría el chollo de los másteres a precios astronómicos, en los que se (n)os enseñan cosas que deberían haber(n)os enseñado durante la carrera, dado el coste económico que suponen las mismas.

    En fin, que la docencia universitaria se ha convertido en un «econochollo» más…

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